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La vulva forma parte de los genitales femeninos y es mucho más desconocida que su contraparte masculina, el pene.
Muchos años, a la vulva se la ha llamado como una de sus partes, la vagina. Y ésta ha quedado relegada a un mero receptáculo de penes y objetos. Por suerte, cada vez vamos abriendo más la mente y la mirada y vamos viendo más posibilidades y conociendo la vulva al completo, no solo por partes.
La anatomía de la vulva está formada por los labios mayores y menores (internos y externos), el orificio de la uretra (por donde hacemos pis, forma parte del sistema urinario), el clítoris y la entrada de la vagina.
Aunque la función de los labios es principalmente de protección, también tienen sensibilidad y puede ser muy agradable jugar con ellos. Con el clítoris en cambio, ocurre todo lo contrario, ya que es un órgano cuya única función tiene que ver con el placer. Tiene unas 8000 terminaciones nerviosas (el doble que el glande del pene) y, aunque la parte que podemos ver y tocar desde fuera solo mide 1-2 centímetros, en realidad es mucho más grande por la parte interna. Y puede volverse aún más grande al entrar en erección, ya que al igual que el pene tiene tejido y capacidad eréctil, puesto que su configuración es muy similar a la del pene.
Sobre la vagina, lo más curioso es que no tiene siempre la misma sensibilidad. En la zona de la entrada, el orificio, tiene mucha sensibilidad porque está en la zona más externa, pero a medida que vamos hacia dentro va perdiendo sensibilidad, y a los 3 centímetros ya apenas se siente nada hasta llegar al útero.
Lo más importante es conocer tu vulva, qué es lo que más te gusta hacer y cómo estimularla. Sobre juguetes para la vulva hay muchísima variedad y, para saber cual es el mejor para ti, lo que tienes que hacer es conocerte para saber qué te gustará o sobre qué temas te gustaría innovar.
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